Ha comenzado un nuevo año. El 2020 está aquí. Podría ser este año o cualquier otro. Es un nuevo comienzo. El mismo nuevo comienzo que tenemos todos los días e incluso cada minuto. Podemos elegir dejar de hacer algo o hacer algo nuevo. Podemos comenzar una dieta, un nuevo estilo de vida o la búsqueda de un nuevo hábito más saludable. Es muy importante entender que estamos avanzando y que estamos organizados definiendo nuestra necesidad de mantenernos en control. Ese control nos ayuda a sostener el sentido de valor, pertenencia y presencia. Seguramente puede tener un peso importnate en nuestro estado emocional y mental.
A mi me cuesta mucho trabajar en un entorno desordenado, por lo tanto, organizo mi habitación y mi escritorio antes de estudiar o de trabajar. Esto funciona para mi. Tengo la sensación de que es lo mismo para muchas personas. Sin embargo, de repente entro en mi armario y me doy cuenta de que parte de mi organización se basa en guardar cosas en el armario. No puedo ver los artículos que estaban en mi camino antes porque, mientras me organizo, encuentro un lugar para ellos dentro de mi armario.
Comparemos por un momento la habitación y el escritorio organizados con nuestra vida cotidiana y el armario con nuestro ser interior profundo.
¿Qué ves?
Te diré lo que veo. Mi necesidad diaria de funcionamiento la vivo en piloto automático. Comparo mi vida cotidiana con mi habitación y mi escritorio; y a mi armario lo comparo con mi profunda vida de pensamiento interno. De la misma manera, que necesito orden en mi escritorio para trabajar, también necesito orden en mi cerebro para trabajar. Por lo tanto, si surge algún pensamiento difícil o doloroso, los guardo en el armario. Solo tengo que tener el control. Necesito funcionar. No puedo perder mi trabajo, tengo que atender a mi familia, etc.
¿Has considerado lo que le sucede al armario cuando sigues agregando elementos? Es posible que esté acumulando artículos que nunca volverá a usar. Lo mismo podría ser para el armario de mi cerebro. Si sigo almacenando sentimientos, pensamientos importantes que están gritando “resolución” o “dolor” en algún momento, mi mente no tendrá más espacio y podría explotar emocionalmente or fisicamente. Tambien podría ignorar a mis sentimientos.
Mirando mi armario por un momento y teniendo este discernimiento sobre mi yo interior y la relación entre ellos, mi resolución del año nuevo fue prestarle atención lenta y seguramente a mi armario y reorganizarme. Regalare lo que puedo, elegire tirar lo que debo y creare espacio. Con suerte, con una nueva conciencia, usaré el nuevo espacio mejor que antes.
Te invito a que le prestes atención a tu entorno.
Te invito a que le prestes atención a tu entorno. Generalmente habla de nosotros mismos. Es como si nos enviáramos mensajes de alguna manera. Es como si físicamente hiciéramos por fuera lo que eres por dentro. Es muy útil. Solo puedes avanzar ya que no podemos retroceder en el tiempo.
Ahora es el momento de comprometerse con un cambio positivo.
Me comprometo a limpiar lentamente mi armario. También me comprometo a prestar atención a esos pensamientos de “resolución” y “dolor” y trabajar en ellos al igual que en mi armario físico. Elijo regalar lo que no puedo mantener por mí mismo, tirar (hacer las paces y soltar) lo que no funciona y crear un nuevo espacio. En este espacio recién descubierto, intentaré dejar de tirar cosas en el a ciegas y de prisa. En cambio, mantendré un diario donde una sección será especialmente para aquellos pensamientos que me gritan “resoluction” or “dolor” pero con los que no puedo lidiar ahora. Haré citas con ellos para más adelante, pero ya no los ocultaré en mi armario. Soy muy afortunada. Ahora estoy al tanto. Me doy cuenta.
Con gran cariño,
Alicia
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